Skip to content
Noticias Cuscatlán | Todas las noticias de El Salvador y sus alrededores las encuentras aquí
  sábado 6 septiembre 2025
  • Contacto
  • Sobre Nosotros
  • Nacional
  • Mundo
  • Economía
  • Deportes
  • Política
  • Cultura
  • Tecnología
Trending
1 de septiembre de 2025El Congreso mexicano arranca con el paquete económico y el combate a la extorsión como prioridades 24 de enero de 2025La autora Merse León deslumbra con su primera novela “La casa de las amapolas rojas”. 4 de septiembre de 2025Brasil-Chile: formaciones, horario y dónde ver el partido por las eliminatorias para el Mundial 2026 26 de agosto de 2025Athletic Club mantiene invicto en Liga española de fútbo 5 de marzo de 2025Ana Maria Iacobescu presenta «El viaje de una mente perdida», una obra íntima sobre ansiedad y superación 1 de septiembre de 2025“Fulano de Tal”: Mitos, Memoria y Terremoto en El Salvador 6 de septiembre de 2025Maduro: “Respeto a Trump, lo invito a dialogar. Ojalá recapacite” 30 de enero de 2025Garci presenta ‘Meteoman’, una épica historia de superhéroes con profundidad filosófica 3 de septiembre de 2025La defensa de Bolsonaro: “No hay una sola prueba, no permitamos crear la versión brasileña del ‘caso Dreyfus” 25 de abril de 2025Begoña Moro Rodríguez emociona en Sant Jordi con su libro “Al borde del suicidio. Un libro para quienes han decidido irse, pero aún están aquí”
Noticias Cuscatlán | Todas las noticias de El Salvador y sus alrededores las encuentras aquí
Noticias Cuscatlán | Todas las noticias de El Salvador y sus alrededores las encuentras aquí
  • Nacional
  • Mundo
  • Economía
  • Deportes
  • Política
  • Cultura
  • Tecnología
  • Contacto
  • Sobre Nosotros
Noticias Cuscatlán | Todas las noticias de El Salvador y sus alrededores las encuentras aquí
  Política  Un cañonazo abortado
Política

Un cañonazo abortado

24 de agosto de 2025
FacebookX TwitterPinterestLinkedInTumblrRedditVKWhatsAppEmail

Los golpes de Estado han abundado en la historia latinoamericana, encabezados por generales de botas altas y casacas engalonadas que derrocan a otros generales, no pocas veces compadres suyos, o parientes cercanos. De esos cuartelazos nace el tirano esperpéntico que trajo a la literatura Valle Inclán en Tirano Banderas, y que dio paso a la novela de los dictadores. Y los golpes de Estado y las dictaduras han estado ligados a la vida de los escritores.

En 1890 Rubén Darío vivía en El Salvador, donde a los 23 años dirigía el periódico oficial La Unión, cuando en el mes de junio de ese año, el general Carlos Basilio Ezeta, que usaba casco prusiano terminado en pincho, como todo un káiser, depuso a su íntimo amigo y protector, el presidente Francisco Menéndez, quien murió de un infarto al conocer la traición. Cayó fulminado en pleno salón de fiestas, pues esa noche se celebraba un baile de gala a en la casa presidencial.

Darío, quien acababa de casarse con Rafaela Contreras, huyó a Guatemala temiendo la persecución de Ezeta, pues era cercano a Meléndez. Al no más llegar fue llamado por el presidente, el general Lisandro Barillas, para que le diera cuenta de los sucesos, y lo nombró de inmediato director de un nuevo periódico, El correo de la tarde.

En su autobiografía cuenta el poeta que durante su estancia en Guatemala se hizo amigo de parrandas del general Cayetano Sánchez, uno de los líderes de la revolución liberal de 1871, y hombre de confianza del presidente Barillas, “militar temerario, joven aficionado a los alcoholes, y a quien todo era permitido por su dominio y simpatía en el elemento bélico”.

Entre los cofrades parranderos se hallaba también el poeta cubano José Joaquín Palma, quien desde el año 1868 se había incorporado a la lucha por la independencia de su patria, y fue ayudante de campo del prócer Carlos Manuel de Céspedes a partir del levantamiento de La Damajagua. Amigo íntimo de José Martí, para esa época vivía exiliado en Guatemala, donde ganó el concurso para componer la letra del himno nacional.

“Una noche de luna habíamos sido invitados varios amigos, entre ellos mi antiguo profesor, el polaco don José Leonard, y el poeta Palma a una cena en el castillo de San José”, cuenta Darío. “Nos fueron servidos platos criollos, especialmente uno llamado chojín, que por cierto nos fue preparado por el hoy general Toledo, aspirante a la presidencia de la República. Sabroso plato, en verdad, ácido, picante, cuya base es el rábano”.

Se trataba de una celebración en toda regla, con abundancia de aguardientes; al final, se pasó al coñac, del que bebieron no pocas botellas. “Todos estábamos más que alegres”, relata Rubén, “pero al general Sánchez se le notaba muy exaltado en su alegría, y como nos paseásemos sobre las fortificaciones, viendo de frente a la luz de la luna las lejanas torres de la catedral, tuvo una idea de todos los diablos. ‘A ver, dijo, ¿quién manda esta pieza de artillería?’, y señaló un enorme cañón. Se presentó el oficial y entonces Cayetano, como le llamábamos familiarmente, nos dijo: ‘Vean ustedes qué lindo blanco. Vamos a echar abajo una de las torres de la catedral’. Y ordenó que preparasen el tiro. Los soldados obedecieron como autómatas; y como el general Sánchez era absolutamente capaz de todo, comprendimos que el momento era grave”.

Fue al poeta Palma a quien se le ocurrió una idea salvadora. Propuso que se improvisaran versos alusivos al hecho del inminente cañonazo, y que mientras tanto se trajeran más botellas de coñac. “Todos comprendimos”, dice Rubén, “y heroicamente nos fuimos ingurgitando sendos vasos de alcohol. Palma servía copiosas dosis al general Sánchez. Él y yo recitábamos versos, y cuando la botella se había acabado, el general estaba ya dormido. Así se libró Guatemala de ser despertada a media noche a cañonazos de buen humor. Cayetano Sánchez, poco tiempo después, tuvo un triste y trágico fin”.

El chojín es una ensalada típica de la cocina guatemalteca, que, como afirma Darío, se prepara con rábanos cortados en rodajas delgadas, hojas de menta picadas, chicharrones de cerdo desmenuzados, y jugo de naranja dulce y de limón; un plato picante pero incapaz, por sí mismo, de alentar humores bélicos, de no mediar los alcoholes; el general Sánchez, como se ve, era hombre de tomar, y de armas tomar. No hay noticia de cuál fue ese trágico fin suyo, pero no sería extraño que lo hubieran matado a balazos en alguna reyerta de la cual la poesía no pudo ya salvarlo.

Más Noticias

Una casa en venta y un desliz: así se ubicó en Argentina una pintura robada por los nazis

27 de agosto de 2025

Las familias de Ayotzinapa salen decepcionadas de la reunión con Sheinbaum ante la falta de avances sustanciales

4 de septiembre de 2025

Milei se abraza a la teoría del complot para proteger a su hermana de las acusaciones de corrupción

3 de septiembre de 2025

Alta tensión en el Caribe

3 de septiembre de 2025

Imaginemos todo lo que ya había bebido el general, y todo lo que bebió, hasta caer redondo, esa noche de luna en que vio en las torres de la catedral el mejor de los blancos, y entre los vapores etílicos pensó que al derribarla se cubriría de gloria. Y lo que bebieron los demás, según Darío como un sacrificio heroico, o sacrificio táctico, para evitar la hecatombe.

Seguir leyendo

 Los golpes de Estado han abundado en la historia latinoamericana, encabezados por generales de botas altas y casacas engalonadas que derrocan a otros generales, no pocas veces compadres suyos, o parientes cercanos. De esos cuartelazos nace el tirano esperpéntico que trajo a la literatura Valle Inclán en Tirano Banderas, y que dio paso a la novela de los dictadores. Y los golpes de Estado y las dictaduras han estado ligados a la vida de los escritores.En 1890 Rubén Darío vivía en El Salvador, donde a los 23 años dirigía el periódico oficial La Unión, cuando en el mes de junio de ese año, el general Carlos Basilio Ezeta, que usaba casco prusiano terminado en pincho, como todo un káiser, depuso a su íntimo amigo y protector, el presidente Francisco Menéndez, quien murió de un infarto al conocer la traición. Cayó fulminado en pleno salón de fiestas, pues esa noche se celebraba un baile de gala a en la casa presidencial.Darío, quien acababa de casarse con Rafaela Contreras, huyó a Guatemala temiendo la persecución de Ezeta, pues era cercano a Meléndez. Al no más llegar fue llamado por el presidente, el general Lisandro Barillas, para que le diera cuenta de los sucesos, y lo nombró de inmediato director de un nuevo periódico, El correo de la tarde.En su autobiografía cuenta el poeta que durante su estancia en Guatemala se hizo amigo de parrandas del general Cayetano Sánchez, uno de los líderes de la revolución liberal de 1871, y hombre de confianza del presidente Barillas, “militar temerario, joven aficionado a los alcoholes, y a quien todo era permitido por su dominio y simpatía en el elemento bélico”.Entre los cofrades parranderos se hallaba también el poeta cubano José Joaquín Palma, quien desde el año 1868 se había incorporado a la lucha por la independencia de su patria, y fue ayudante de campo del prócer Carlos Manuel de Céspedes a partir del levantamiento de La Damajagua. Amigo íntimo de José Martí, para esa época vivía exiliado en Guatemala, donde ganó el concurso para componer la letra del himno nacional.“Una noche de luna habíamos sido invitados varios amigos, entre ellos mi antiguo profesor, el polaco don José Leonard, y el poeta Palma a una cena en el castillo de San José”, cuenta Darío. “Nos fueron servidos platos criollos, especialmente uno llamado chojín, que por cierto nos fue preparado por el hoy general Toledo, aspirante a la presidencia de la República. Sabroso plato, en verdad, ácido, picante, cuya base es el rábano”.Se trataba de una celebración en toda regla, con abundancia de aguardientes; al final, se pasó al coñac, del que bebieron no pocas botellas. “Todos estábamos más que alegres”, relata Rubén, “pero al general Sánchez se le notaba muy exaltado en su alegría, y como nos paseásemos sobre las fortificaciones, viendo de frente a la luz de la luna las lejanas torres de la catedral, tuvo una idea de todos los diablos. ‘A ver, dijo, ¿quién manda esta pieza de artillería?’, y señaló un enorme cañón. Se presentó el oficial y entonces Cayetano, como le llamábamos familiarmente, nos dijo: ‘Vean ustedes qué lindo blanco. Vamos a echar abajo una de las torres de la catedral’. Y ordenó que preparasen el tiro. Los soldados obedecieron como autómatas; y como el general Sánchez era absolutamente capaz de todo, comprendimos que el momento era grave”.Fue al poeta Palma a quien se le ocurrió una idea salvadora. Propuso que se improvisaran versos alusivos al hecho del inminente cañonazo, y que mientras tanto se trajeran más botellas de coñac. “Todos comprendimos”, dice Rubén, “y heroicamente nos fuimos ingurgitando sendos vasos de alcohol. Palma servía copiosas dosis al general Sánchez. Él y yo recitábamos versos, y cuando la botella se había acabado, el general estaba ya dormido. Así se libró Guatemala de ser despertada a media noche a cañonazos de buen humor. Cayetano Sánchez, poco tiempo después, tuvo un triste y trágico fin”.El chojín es una ensalada típica de la cocina guatemalteca, que, como afirma Darío, se prepara con rábanos cortados en rodajas delgadas, hojas de menta picadas, chicharrones de cerdo desmenuzados, y jugo de naranja dulce y de limón; un plato picante pero incapaz, por sí mismo, de alentar humores bélicos, de no mediar los alcoholes; el general Sánchez, como se ve, era hombre de tomar, y de armas tomar. No hay noticia de cuál fue ese trágico fin suyo, pero no sería extraño que lo hubieran matado a balazos en alguna reyerta de la cual la poesía no pudo ya salvarlo.Imaginemos todo lo que ya había bebido el general, y todo lo que bebió, hasta caer redondo, esa noche de luna en que vio en las torres de la catedral el mejor de los blancos, y entre los vapores etílicos pensó que al derribarla se cubriría de gloria. Y lo que bebieron los demás, según Darío como un sacrificio heroico, o sacrificio táctico, para evitar la hecatombe. Seguir leyendo  

Los golpes de Estado han abundado en la historia latinoamericana, encabezados por generales de botas altas y casacas engalonadas que derrocan a otros generales, no pocas veces compadres suyos, o parientes cercanos. De esos cuartelazos nace el tirano esperpéntico que trajo a la literatura Valle Inclán en Tirano Banderas, y que dio paso a la novela de los dictadores. Y los golpes de Estado y las dictaduras han estado ligados a la vida de los escritores.

En 1890 Rubén Darío vivía en El Salvador, donde a los 23 años dirigía el periódico oficial La Unión, cuando en el mes de junio de ese año, el general Carlos Basilio Ezeta, que usaba casco prusiano terminado en pincho, como todo un káiser, depuso a su íntimo amigo y protector, el presidente Francisco Menéndez, quien murió de un infarto al conocer la traición. Cayó fulminado en pleno salón de fiestas, pues esa noche se celebraba un baile de gala a en la casa presidencial.

Darío, quien acababa de casarse con Rafaela Contreras, huyó a Guatemala temiendo la persecución de Ezeta, pues era cercano a Meléndez. Al no más llegar fue llamado por el presidente, el general Lisandro Barillas, para que le diera cuenta de los sucesos, y lo nombró de inmediato director de un nuevo periódico, El correo de la tarde.

En su autobiografía cuenta el poeta que durante su estancia en Guatemala se hizo amigo de parrandas del general Cayetano Sánchez, uno de los líderes de la revolución liberal de 1871, y hombre de confianza del presidente Barillas, “militar temerario, joven aficionado a los alcoholes, y a quien todo era permitido por su dominio y simpatía en el elemento bélico”.

Entre los cofrades parranderos se hallaba también el poeta cubano José Joaquín Palma, quien desde el año 1868 se había incorporado a la lucha por la independencia de su patria, y fue ayudante de campo del prócer Carlos Manuel de Céspedes a partir del levantamiento de La Damajagua. Amigo íntimo de José Martí, para esa época vivía exiliado en Guatemala, donde ganó el concurso para componer la letra del himno nacional.

“Una noche de luna habíamos sido invitados varios amigos, entre ellos mi antiguo profesor, el polaco don José Leonard, y el poeta Palma a una cena en el castillo de San José”, cuenta Darío. “Nos fueron servidos platos criollos, especialmente uno llamado chojín, que por cierto nos fue preparado por el hoy general Toledo, aspirante a la presidencia de la República. Sabroso plato, en verdad, ácido, picante, cuya base es el rábano”.

Se trataba de una celebración en toda regla, con abundancia de aguardientes; al final, se pasó al coñac, del que bebieron no pocas botellas. “Todos estábamos más que alegres”, relata Rubén, “pero al general Sánchez se le notaba muy exaltado en su alegría, y como nos paseásemos sobre las fortificaciones, viendo de frente a la luz de la luna las lejanas torres de la catedral, tuvo una idea de todos los diablos. ‘A ver, dijo, ¿quién manda esta pieza de artillería?’, y señaló un enorme cañón. Se presentó el oficial y entonces Cayetano, como le llamábamos familiarmente, nos dijo: ‘Vean ustedes qué lindo blanco. Vamos a echar abajo una de las torres de la catedral’. Y ordenó que preparasen el tiro. Los soldados obedecieron como autómatas; y como el general Sánchez era absolutamente capaz de todo, comprendimos que el momento era grave”.

Fue al poeta Palma a quien se le ocurrió una idea salvadora. Propuso que se improvisaran versos alusivos al hecho del inminente cañonazo, y que mientras tanto se trajeran más botellas de coñac. “Todos comprendimos”, dice Rubén, “y heroicamente nos fuimos ingurgitando sendos vasos de alcohol. Palma servía copiosas dosis al general Sánchez. Él y yo recitábamos versos, y cuando la botella se había acabado, el general estaba ya dormido. Así se libró Guatemala de ser despertada a media noche a cañonazos de buen humor. Cayetano Sánchez, poco tiempo después, tuvo un triste y trágico fin”.

El chojín es una ensalada típica de la cocina guatemalteca, que, como afirma Darío, se prepara con rábanos cortados en rodajas delgadas, hojas de menta picadas, chicharrones de cerdo desmenuzados, y jugo de naranja dulce y de limón; un plato picante pero incapaz, por sí mismo, de alentar humores bélicos, de no mediar los alcoholes; el general Sánchez, como se ve, era hombre de tomar, y de armas tomar. No hay noticia de cuál fue ese trágico fin suyo, pero no sería extraño que lo hubieran matado a balazos en alguna reyerta de la cual la poesía no pudo ya salvarlo.

Imaginemos todo lo que ya había bebido el general, y todo lo que bebió, hasta caer redondo, esa noche de luna en que vio en las torres de la catedral el mejor de los blancos, y entre los vapores etílicos pensó que al derribarla se cubriría de gloria. Y lo que bebieron los demás, según Darío como un sacrificio heroico, o sacrificio táctico, para evitar la hecatombe.

 EL PAÍS

FacebookX TwitterPinterestLinkedInTumblrRedditVKWhatsAppEmail
Daniela Goicoechea: “En Madrid aprendí que si no hay hueco para ti, lo tienes que crear”
Inician recolección de firmas para impedir la construcción de CIFCO en El Espino 
Leer también
Política

Así los ladrones logran sacarle el máximo provecho a los móviles robados

6 de septiembre de 2025 2257
Política

Chile, ante el fantasma del revisionismo

6 de septiembre de 2025 10110
Política

Nunca le robes el móvil a la novia de un hacker: cómo un experto puso al descubierto una red global de ladrones

6 de septiembre de 2025 10880
Política

Videoanálisis | El entendimiento entre Sheinbaum y Rubio

6 de septiembre de 2025 13622
Política

Cambio de hora en Chile 2025: cómo se ajustan los relojes para el horario de verano

6 de septiembre de 2025 9167
Política

Makan celebra cuatro años compartiendo los sabores de Singapur

6 de septiembre de 2025 3315
Cargar más
Juan José Robles González deslumbra con su nueva antología de relatos cortos

Juan José Robles González deslumbra con su nueva antología de relatos cortos

29 de julio de 2025

Sheinbaum presume de logros en su primer informe de Gobierno: “Estamos viviendo un momento estelar de nuestra historia”

1 de septiembre de 2025

Persisten desapariciones forzadas en El Salvador

30 de agosto de 2025

Tania Monserrat Castillo: “Yo me pregunto, ¿la presidenta Sheinbaum premia a los abusadores sexuales?”

23 de agosto de 2025

«Isvara y el Fuego Interno», una historia épica de autodescubrimiento

16 de diciembre de 2024
Agapito Mba Abeso debuta con una sátira provocadora que interpela al lector moderno

Agapito Mba Abeso debuta con una sátira provocadora que interpela al lector moderno

14 de julio de 2025
Edwin Aguilar Acuña lanza su nueva novela de misterio y espiritualidad

Edwin Aguilar Acuña lanza su nueva novela de misterio y espiritualidad

13 de mayo de 2025

Colombia – Bolivia: horario, dónde ver y qué necesita la selección para clasificar al Mundial

4 de septiembre de 2025

Cuentas ‘mulas’ en México: un esquema de lavado de dinero que se expande en el sistema bancario

25 de agosto de 2025

Una nueva mirada al bienestar canino: Sharon Ferrer Tresaco publica «La cruda ansiedad canina»

19 de agosto de 2024

    Noticias Cuscatlán

    © 2024, NoticiasCuscatlan. Todos los derechos reservados
    • Aviso Legal
    • Política de Cookies
    • Política de Privacidad