<p>La semana pasada <a href=»https://www.elmundo.es/e/ap/apple.html» target=»_blank»><strong>Apple</strong></a> anunció el <strong>procesador M5</strong> y los primeros productos equipados con él. En <a href=»https://www.elmundo.es/espana.html» target=»_blank»>España</a>, de momento, serán dos: un nuevo <strong>iPad Pro</strong> y el <strong>MacBook Pro básico</strong> de 14 pulgadas (Apple ha lanzado una nueva versión de Apple Vision Pro con este chip, pero sigue sin venderse en nuestro país).</p>
El nuevo chip de Apple da a su tableta más avanzada superpoderes, sobre todo en tareas de inteligencia artificial. Sigue siendo un iPad, pero ahora más potente
La semana pasada Apple anunció el procesador M5 y los primeros productos equipados con él. En España, de momento, serán dos: un nuevo iPad Pro y el MacBook Pro básico de 14 pulgadas (Apple ha lanzado una nueva versión de Apple Vision Pro con este chip, pero sigue sin venderse en nuestro país).
He podido probar este nuevo iPad durante los últimos días y en general es un producto muy parecido a la versión con M4 del año pasado. Tiene el mismo diseño ultradelgado que Apple estrenó con ese chip. El modelo de 11 pulgadas (la unidad que Apple me ha cedido para pruebas) se queda en 5,3 mm y el de 13 en 5,1 mm, cifras que explican por qué estos Pro son comodísimos de llevar en una bolsa o una mochila.
El gran cambio es el nuevo procesador y algunos componentes internos adicionales. Vuelve a ser el iPad más capaz que ha fabricado Apple, ahora con más músculo para IA y gráficos pero manteniendo una pantalla que roza la perfección (es la mejor pantalla que Apple tiene en cualquiera de sus productos), conectividad de última generación y un sistema operativo —iPadOS 26— que por fin trata ventanas y archivos con más ambición, aunque esto es un cambio que llega también a modelos anteriores. Sigue siendo también un iPad: táctil, ligero, inmediato, con fortalezas muy claras en creatividad, edición móvil y trabajo híbrido, y con algunas fronteras que dependen tanto del software como de los accesorios que elijas.
El salto al procesador M5 da al iPad más potencia, aunque es una historia que hay que explicar con algo de detalle.
De entrada, el chip es un poco más rápido, en torno a un 10% y un 20% en cargas de trabajo de CPU y algo más potente también en GPU. Teniendo en cuenta de dónde parten los chip M, es increíble que en un año todavía se vean estos saltos en potencia bruta.
Pero la GPU de los M5 tiene cambios internos que disparan su rendimiento en tareas muy específicas. Ahora tienen un procesador neural interno dedicado a los cálculos que suelen necesitar ciertas tareas de inteligencia artificial y es donde este chip brilla con más fuerza.
Por ejemplo, a la hora de generar imágenes con Draw Something, una app para ejecutar modelos generativos de IA de forma local, el iPad Pro con M5 ha completado la tarea casi el doble de rápido que el modelo con M4 con el que he podido compararlo. Lo mismo ocurre en aplicaciones de vídeo avanzadas que usan herramientas de IA para generar contenido o mejorar las grabaciones. En algunos casos pueden ser hasta tres veces más rápidos que al ejecutarse en un chip M4.
En el día a día y para tareas más generales, el salto es menor, pero hay también sorpresas. La GPU ahora maneja mejor los shaders y el trazado de rayos, lo que se traduce en que los juegos más avanzados pueden ejecutarse con más frames cada segundo.
La pena es que en un iPad, esta potencia se siente aún un poco desperdiciada. Aunque cada vez hay más aplicaciones profesionales que dan el salto a la tableta, sigue siendo un dispositivo limitado en software y versatilidad profesional cuando se compara con un Mac.
Donde brilla suele ser en tareas creativas, sobre todo en artes gráficas, y en parte gracias al Apple Pencil (que se vende por separado). La combinación de una pantalla excelente y un lápiz de precisión hacen del iPad Pro una herramienta imbatible para diseñadores gráficos y artistas.
El iPad Pro tiene dos configuraciones de M5 dependiendo de la configuración elegida. Los modelos de 256 GB y 512 GB tienen 9 núcleos de CPU y los modelos de 1 TB y 2 TB de almacenamiento, 10. La GPU para todos tienen 10 núcleos.
Un detalle importante es que también ha mejorado la velocidad de la memoria de almacenamiento y el ancho de banda de la memoria integrada del M5. Los chip arrancan ahora en 12 GB de RAM y llegan a 16GB para los modelos de 1 TB y 2 TB. Todo contribuye a que el iPad Pro se sienta más rápido en cargas de trabajo profesionales, sobre todo en edición de vídeo, donde se suelen manejar archivos de mayor tamaño. Los cuellos de botella tradicionales al trabajar con grandes proyectos han desparecido.
El iPad Pro con M5 no solo gana un nuevo procesador. Apple ha incluido también sus nuevos chips de conexión a redes móviles (C1X) y WiFi/Bluetooth/Thread (N1). Esto le da al iPad soporte para redes WiFi 7, Bluetooth 6.2 y un menor consumo al usar la conexión celular. Todo suma y esto hace que el iPad Pro no solo tenga mejor conexión que los Mac, sino también una autonomía bastante buena. Sigue cumpliendo con la promesa de un día completo de trabajo, aunque al usar aplicaciones profesionales el consumo es, obviamente, alto.
Por primera vez también hay carga rápida: alrededor del 50% en 30 minutos con adaptadores de 60W o más (se venden aparte), un detalle que mejora bastante la experiencia cuando se usa fuera de casa.
Mi principal queja en esta generación es que la cámara frontal de 12 MP no ha heredado el sensor cuadrado de los iPhone. Es el mismo que tenía el año pasado el iPad Pro con M4, con la función de reencuadre Center Stage, y sigue situada en el lateral del dispositivo cuando se usa en formato vertical.
Por lo demás, el iPad Pro con M5 no cambia la naturaleza del dispositivo, pero sí expande sus márgenes en casi todas las direcciones: IA local mucho más rápida, gráficos a la altura de flujos 3D serios, pantalla sobresaliente, conectividad de última generación y un iPadOS que por fin trata ventanas, archivos y tareas largas con respeto.
A cambio, te sigue pidiendo que vivas en su paradigma táctil y su forma de hacer las cosas y que asumas el coste de los accesorios si quieres expandirlo en una dirección concreta. El modelo de 11 pulgadas con 256GB de memoria arranca en 1.099 euros pero la funda con teclado de Apple cuesta 349 euros y el Apple Pencil Pro, 149 euros. Sube el tamaño de pantalla a 13 pulgadas, aumenta un poco la memoria, y los MacBook Pro de repente se convierten en una alternativa más económica.
Pero, como decía al principio, el iPad Pro no trata de ser un Mac y si ya estabas cómodo en esa lógica pero usabas un iPad Pro con procesador M1, es una actualización redonda. Si aún dudas entre un iPad y un portátil, este es el modelo que más argumentos trae a la mesa.
Es el iPad que más lejos te puede llevar, siempre que aceptes su forma de trabajar. Para muchos creadores, estudiantes y profesionales en movilidad, esa forma de trabajar ya no es un compromiso. Es, sencillamente, la ruta más rápida desde una idea a un resultado.
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