<p><a href=»https://www.elmundo.es/economia/empresas/2025/09/22/68d18755e85ece0e6c8b45a1.html» target=»_blank»><strong>Nvidia</strong></a> empezará a vender esta semana el <strong>DGX Spark</strong>, un ordenador del tamaño de un mini-PC que la compañía define como un <a href=»https://www.elmundo.es/economia/empresas/2025/09/22/68d18755e85ece0e6c8b45a1.html» target=»_blank»>»superordenador personal para la <strong>IA</strong>»</a>. El equipo, mostrado por primera vez a principios de este año, saldrá a la venta por <strong>3.999 dólares</strong> y estará disponible a partir del 15 de octubre en la web de <strong>Nvidia</strong>. La idea es llevar a la mesa del desarrollador una potencia que antes estaba reservada a centros de datos.</p>
Costará casi 4.000 dólares y está pensado para desarrolladores, académicos e investigadores interesados en desarrollar sus propios modelos de lenguaje
Nvidia empezará a vender esta semana el DGX Spark, un ordenador del tamaño de un mini-PC que la compañía define como un «superordenador personal para la IA«. El equipo, mostrado por primera vez a principios de este año, saldrá a la venta por 3.999 dólares y estará disponible a partir del 15 de octubre en la web de Nvidia. La idea es llevar a la mesa del desarrollador una potencia que antes estaba reservada a centros de datos.
El Spark está construido con la arquitectura más reciente de Nvidia, y combina CPU y GPU bajo un mismo techo, con 128 GB de memoria unificada LPDDR5X y hasta 4 TB de SSD NVMe. En su modo de precisión reducida para IA (FP4), la compañía asegura que es capaz de conseguir hasta 1 petaFLOP (equivalente a mil billones de operaciones por segundo) de rendimiento, suficiente para servir de forma local modelos de hasta 200.000 millones de parámetros. Para un sobremesa que enchufa a una toma de corriente convencional, son números inusuales que lo colocan a medio camino entre una estación de trabajo y un servidor pequeño para laboratorios.
Spark no es el de un PC de consumo, sino una herramienta de desarrollo. Funciona con el sistema operativo DGX OS, que es una variante de Ubuntu con herramientas de Nvidia preinstaladas y pensadas para diseñar, hacer pruebas de inferencia y afinar modelos de IA en local antes de escalar a la nube o a centros de datos.
La potencia máxima ronda los 240 W, lo que ayuda a explicar el formato compacto y el bajo ruido frente a estaciones con GPU discretas de gama alta. En términos prácticos, cabe en el escritorio sin adaptar la instalación eléctrica y sin el nivel de calor que suele tener un PC con una tarjeta gráfica de última generación.
Spark utiliza una CPU de arquitectura Arm de 20 núcleos (10 Cortex-X925 de alto rendimiento y 10 Cortex-A725 de eficiencia) integrada en el procesador GB10, un diseño que Nvidia ha creado junto a MediaTek y que prioriza eficiencia y coherencia de memoria entre CPU y GPU. El espacio de memoria unificado de 128 GB es, de hecho, la clave del producto. Evita saltos de datos entre RAM del sistema y VRAM (memoria de video) y permite cargar modelos grandes la latencia típica de una conexión PCIe. Es la misma arquitectura unificada que tienen los procesadores M de Apple y que ha conseguido que equipos como el Mac studio se hayan convertido en los preferidos para tareas de desarrollo de IA.
La propuesta de Nvidia se enmarca en una estrategia más amplia. Además del modelo oficial, habrá versiones de Acer, Asus, Dell, Gigabyte, HP, Lenovo o MSI con la misma plataforma GB10. La compañía ha dado a entender que también pondrá a la venta un modelo de sobremesa más grande para quien necesite más memoria y expansión.
Uno de los primeros usuarios será Elon Musk. El CEO de Nvidia entregó en persona una unidad del Spark al magnate en las instalaciones de SpaceX en Texas, en vísperas de la nueva prueba del cohete Starship.
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