Samuel Amaya @SamuelAmaya98 Miembros del movimiento ciudadano “Todos Somos El Espino” pedalearon desde el Gimnasio Nacional José Adolfo Pineda hasta el Parque Bicentenario para pedir que no se construya el nuevo CIFCO en una parte de la Finca El Espino, ya que esto traería consecuencias al medio ambiente y a la forma de vivir de …
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Samuel Amaya
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Miembros del movimiento ciudadano “Todos Somos El Espino” pedalearon desde el Gimnasio Nacional José Adolfo Pineda hasta el Parque Bicentenario para pedir que no se construya el nuevo CIFCO en una parte de la Finca El Espino, ya que esto traería consecuencias al medio ambiente y a la forma de vivir de los salvadoreños, sobre todo, en las zonas aledañas.
Esta movilización se da en un contexto “de creciente alarma ambiental”, pues la Asamblea Legislativa, dominada por Nuevas Ideas, aprobó en julio pasado, la transferencia de terrenos en la Finca El Espino para la construcción del nuevo Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) sin un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) público.
Es de recordar que, en la pandemia, las antiguas instalaciones del CIFCO fueron adecuadas para que funcionara el Hospital El Salvador. Por lo que, el CIFCO quedó sin instalaciones, se limitó a hacer actividades en FENADESAL. Sin embargo, con la segregación de terrenos, el CIFCO tendrá sus instalaciones en una parte de la Finca El Espino.
Jacqueline Henríquez, del Movimiento Todos Somos El Espino, señaló que la pedaleada por El Espino es un llamado a la protección del bosque, ya que en estos momentos “está en riesgo”.
“Lo estamos haciendo porque tanto la bicicleta como nuestro querido bosque son dos herramientas importantes para mantener nuestros ecosistemas. La bicicleta es una herramienta que ya lo han declarado de movilidad totalmente ecosostenible y que nos apoya también a mantener nuestros sistemas adecuados y nuestra buena salud, tanto física como mental”, comentó Henríquez.
La ciudadana sostuvo que realizaron la pedaleada para hacer un llamado a la protección del bosque El Espino, ya que ahorita está en riesgo de ser talado el 11% de ello”. El Espino representa una barrera crítica contra el cambio climático y la degradación urbana.
El movimiento sostuvo que El Espino “es esencial para nuestra supervivencia colectiva, más allá de ser un mero espacio verde”, ya que purifica el aire y la mitigación climática.

“Cada árbol maduro captura entre 20 y 50 kg de CO₂ al año, contribuyendo a reducir las emisiones urbanas y el efecto isla de calor en hasta 5-10°C en áreas adyacentes, en una ciudad cada vez más afectada por olas de calor y contaminación vehicular”.
También está en regulación hídrica y prevención de desastres. “Como zona de alta recarga acuífera, infiltra agua lluvia hacia mantos subterráneos, abasteciendo a San Salvador y previniendo inundaciones, un riesgo que aumenta 20-50% con la deforestación, según modelos hidrológicos, exacerbando vulnerabilidades en comunidades aledañas”.
También mantiene la biodiversidad y salud pública, pues “alberga 2,241 especies animales, incluyendo aves y anfibios en peligro de extinción, protegiendo la biodiversidad única y resguardando la salud de miles al mejorar la calidad del aire y agua, en un El Salvador donde el 90% de aguas superficiales están contaminadas”.
El Espino, planteó el movimiento “es un espacio de identidad, recreación y encuentro ciudadano, alineado con el derecho humano a un ambiente sano, reconocido por la Resolución A/RES/76/300 de la ONU (2022) y la Constitución salvadoreña”.
Sobre la rodada “no es solo una protesta; es una celebración de la esperanza y la acción colectiva. En un momento en que la ciudad enfrenta crecientes olas de calor y contaminación, defender El Espino significa defender el derecho humano a un ambiente sano”.
Jonathan Méndez, también del movimiento ciudadano, señaló que El Espino alberga a una gran cantidad de especies animales y árboles en peligro de extinción. Su destrucción provocaría extinciones. “Ellos no tienen voz, pero nosotros sí, por eso es que estamos hoy aquí”, puntualizó.
Méndez sostuvo que sí apoyan el desarrollo de El Salvador, pero “un desarrollo verde, no de cemento”. “Un desarrollo que dé prosperidad, pero también vida. Por eso exigimos un estudio de impacto ambiental independiente y relocalizar el CIFCO”.
“El cemento no puede silenciar el canto de los pájaros, el cemento no puede robarnos el aire que respiramos ni la sombra que nos protege. Defender el Espino es defender la salud de nuestras familias, nuestra identidad y el derecho humano a un ambiente sano”, concluyó Méndez.
Nacionales archivos – Diario Co Latino