Skip to content
Noticias Cuscatlán | Todas las noticias de El Salvador y sus alrededores las encuentras aquí
  sábado 6 septiembre 2025
  • Contacto
  • Sobre Nosotros
  • Nacional
  • Mundo
  • Economía
  • Deportes
  • Política
  • Cultura
  • Tecnología
Trending
29 de abril de 2025Ana Fernández Salas y Elsa Rodríguez presentaron su libro “Masaje y juegos. Una herramienta para familias y técnicos” en Sant Jordi 2025 3 de diciembre de 2024Vier Vázquez Rosa debuta con ‘La voz del silencio’, una invitación a explorar las emociones a través de la poesía 24 de abril de 2025Denisse Goldfarb presenta Con100te de mi futuro en Sant Jordi 2025 16 de septiembre de 2024«13 Sonrisas y 1000 Lágrimas», la obra más personal de Noanvi 25 de agosto de 2025Hablemos de cuidados: un compromiso que trasciende fronteras 29 de abril de 2025Elvira Carreras Torres presentó La obra de arte eres tú en Sant Jordi 2025 de la mano de Editorial Letrame 31 de enero de 2025Fabián Cruz Albornoz sorprende con su primera obra literaria y una historia de amor fuera de lo convencional 5 de septiembre de 2025El último juego oficial de Lionel Messi en Argentina, en imágenes 26 de agosto de 2025Luis Santiago Torres Grijalva presenta un debut literario que invita a reflexionar sobre la muerte digna 4 de septiembre de 2025Scaloni alista la tropa para el choque ante Venezuela
Noticias Cuscatlán | Todas las noticias de El Salvador y sus alrededores las encuentras aquí
Noticias Cuscatlán | Todas las noticias de El Salvador y sus alrededores las encuentras aquí
  • Nacional
  • Mundo
  • Economía
  • Deportes
  • Política
  • Cultura
  • Tecnología
  • Contacto
  • Sobre Nosotros
Noticias Cuscatlán | Todas las noticias de El Salvador y sus alrededores las encuentras aquí
  Política  Demoler edificios a martillazos: la última lucha de Río de Janeiro contra el crimen organizado
Política

Demoler edificios a martillazos: la última lucha de Río de Janeiro contra el crimen organizado

27 de agosto de 2025
FacebookX TwitterPinterestLinkedInTumblrRedditVKWhatsAppEmail

Las operaciones se realizan por sorpresa. Al amanecer, decenas de funcionarios del ayuntamiento de Río de Janeiro escoltados por la policía se preparan para echar abajo construcciones ilegales. A veces son sencillas casas, otras, verdaderas mansiones, refugio de los capos del narcotráfico. Es un trabajo que se ha intensificado en los últimos años y que se ha convertido en una de las maneras más efectivas de golpear a las finanzas al crimen organizado. Desde 2021, la Secretaría de Orden Público de Río ha realizado 5.568 demoliciones de construcciones irregulares, de las que el 70% estaban en zonas dominadas por el narcotráfico o las milicias paramilitares. Las acciones supusieron 1.800 millones de reales (333 millones de dólares) en pérdidas para los delincuentes.

En una fría mañana de invierno, una decena de operarios se reúne en un punto de encuentro a pocas cuadras de donde se realizará una demolición, en la entrada de una favela en la Ilha do Governador, no muy lejos del aeropuerto internacional de Río. Los funcionarios esperan a que llegue la Policía Militar para dirigirse todos juntos a la zona sensible. El protocolo se sigue a rajatabla porque nunca se sabe qué pueden encontrarse al llegar. No sería la primera vez que les reciben con fusiles.

En esta ocasión se trata de echar abajo las paredes de lo que iban a ser unos establecimientos comerciales, construidos de forma ilegal en la acera de una calle, invadiendo cientos de metros cuadrados de espacio público.

Un carro blindado de la Policía Militar al inicio de la calle ya indica que algo va a pasar. Sin previo aviso, los operarios levantan robustos mazos y empiezan a abrir boquetes en las paredes de ladrillo. Entre los madrugadores vecinos predominan las caras de sorpresa, aunque nadie aparece para impedir la demolición. Todos saben que aquello era ilegal. “Lo ves creciendo, lo ves aumentando, pero no sabes quién es el dueño ni nada”, decía en la acera de frente la responsable de una iglesia evangélica. Muy cerca, otro corrillo murmuraba: “Qué lástima, con lo caro que está el material estos días…”. En cuestión de unas tres horas no quedará ni rastro. Una excavadora terminará de derribarlo todo y recogerá los escombros.

La Policía militar escolta a los trabajadores durante las demoliciones.

Es la entrada de las favelas Praia da Rosa y Sapucaia, dominadas por el Terceiro Comando Puro (TCP), una de las facciones del narcotráfico que reinan en buena parte de las barriadas de Río. Ellos son quienes administran la vida vecinal. Uno de los primeros trabajos de los operarios fue arrancar dos bidones anclados en medio de la calle a modo de barricada para evitar la entrada de policías y extraños.

Un residente explica, temeroso, que antes de que se apropiaran de parte de la calle, los vecinos habían creado una especie de placita. Plantaron palmeras y hasta colocaron una mesa de ping pong para los chavales. Los narcotraficantes mandaron deshacerlo todo porque tenían una idea mejor.

Las autoridades explican que en los últimos años la construcción se convirtió en uno de los principales métodos para lavar y hacer dinero. Las futuras tiendas, que seguro darían empleo a unos vecinos muy necesitados, engrosarían las arcas del narcotráfico a través de los alquileres. Derribar este incipiente centro comercial de la favela fue relativamente fácil, pero en ocasiones hay que hacer virguerías con la ingeniería. Muchas de estas construcciones ilegales están en lo alto de favelas de difícil acceso, donde no llegan coches, mucho menos camiones o excavadoras. Ahí hay que demoler a mano, piso a piso. A veces se tarda semanas.

El secretario de Orden Público de Río, Brenno Carnevale, explica por teléfono que las demoliciones golpean donde más duele: “Muchas veces tienen más poder de inhibición que las propias detenciones, porque las personas siempre son sustituibles. Con la demolición conseguimos aniquilar de forma muy contundente la inversión que estos grupos hicieron, interrumpimos el blanqueo de dinero y hacemos menos atractivo este mercado inmobiliario ilegal”, dice.

La asfixia financiera del crimen organizado es uno de los objetivos de estos derribos, que también buscan preservar cierto orden en la ciudad y proteger la integridad física de las personas. Normalmente, estos edificios crecen sin proyecto de ingeniería y en áreas de riesgo, como laderas de colinas donde frecuentemente hay desprendimientos de tierra.

No obstante, a veces las operaciones no están exentas de polémica, sobre todo cuando se trata de edificios prácticamente finalizados en los que ya hay personas viviendo. Desde el Ayuntamiento afirman que en la mayoría de casos se trata de personas colocadas por el crimen organizado para dificultar los derribos, y aseguran que siempre que eso ocurre los equipos de asistencia social ofrecen alternativas.

Secretaría de Orden Pública en la comunidad Ilha do Governador, en la ciudad de Río de Janeiro.

Más Noticias

Cambio de hora en Chile 2025: cuándo se ajustan los relojes para el horario de verano

27 de agosto de 2025

Detenido un “extranjero residente” en La Habana por un atropello múltiple que deja un muerto

25 de agosto de 2025

Milei, evacuado entre pedradas de una caravana electoral en la provincia de Buenos Aires

27 de agosto de 2025

Bolsonaro alega problemas de salud para ausentarse del juicio por golpismo

2 de septiembre de 2025

Pero eso no evita que haya personas que hayan perdido sus ahorros comprando una casa que acaba en ruinas porque resulta que la había impulsado un narcotraficante o un miliciano. “La mayoría son personas inocentes, pero tienen que entender que deben verificar la procedencia de ese inmueble”, defiende el secretario. A veces no es tarea fácil descubrir quién hay detrás, porque suelen usar testaferros. No obstante, los jugosos precios, muy por debajo del valor de mercado, suelen indicar que hay algo turbio.

En otros casos, la irregularidad salta a la vista. En lo alto de la favela de Rocinha, la más poblada de Río, un enjambre de decenas de miles de personas, en junio se descubrió un auténtico complejo de lujo: 2.000 metros cuadrados entre varios edificios interconectados con terrazas cubiertas de mármol, piscinas, jacuzzi… La investigación policial concluyó que era el refugio de narcotraficantes del Comando Vermelho (CV) del estado de Ceará, que llevaban meses escondidos en Río. Días antes de la operación, unos 400 huyeron campo a través por la selva. Con el resort del narco” ya vacío, empezó la lenta operación de demolición manual. Todo a base de martillazos.

Seguir leyendo

 Las operaciones se realizan por sorpresa. Al amanecer, decenas de funcionarios del ayuntamiento de Río de Janeiro escoltados por la policía se preparan para echar abajo construcciones ilegales. A veces son sencillas casas, otras, verdaderas mansiones, refugio de los capos del narcotráfico. Es un trabajo que se ha intensificado en los últimos años y que se ha convertido en una de las maneras más efectivas de golpear a las finanzas al crimen organizado. Desde 2021, la Secretaría de Orden Público de Río ha realizado 5.568 demoliciones de construcciones irregulares, de las que el 70% estaban en zonas dominadas por el narcotráfico o las milicias paramilitares. Las acciones supusieron 1.800 millones de reales (333 millones de dólares) en pérdidas para los delincuentes.En una fría mañana de invierno, una decena de operarios se reúne en un punto de encuentro a pocas cuadras de donde se realizará una demolición, en la entrada de una favela en la Ilha do Governador, no muy lejos del aeropuerto internacional de Río. Los funcionarios esperan a que llegue la Policía Militar para dirigirse todos juntos a la zona sensible. El protocolo se sigue a rajatabla porque nunca se sabe qué pueden encontrarse al llegar. No sería la primera vez que les reciben con fusiles.En esta ocasión se trata de echar abajo las paredes de lo que iban a ser unos establecimientos comerciales, construidos de forma ilegal en la acera de una calle, invadiendo cientos de metros cuadrados de espacio público.Un carro blindado de la Policía Militar al inicio de la calle ya indica que algo va a pasar. Sin previo aviso, los operarios levantan robustos mazos y empiezan a abrir boquetes en las paredes de ladrillo. Entre los madrugadores vecinos predominan las caras de sorpresa, aunque nadie aparece para impedir la demolición. Todos saben que aquello era ilegal. “Lo ves creciendo, lo ves aumentando, pero no sabes quién es el dueño ni nada”, decía en la acera de frente la responsable de una iglesia evangélica. Muy cerca, otro corrillo murmuraba: “Qué lástima, con lo caro que está el material estos días…”. En cuestión de unas tres horas no quedará ni rastro. Una excavadora terminará de derribarlo todo y recogerá los escombros.Es la entrada de las favelas Praia da Rosa y Sapucaia, dominadas por el Terceiro Comando Puro (TCP), una de las facciones del narcotráfico que reinan en buena parte de las barriadas de Río. Ellos son quienes administran la vida vecinal. Uno de los primeros trabajos de los operarios fue arrancar dos bidones anclados en medio de la calle a modo de barricada para evitar la entrada de policías y extraños.Un residente explica, temeroso, que antes de que se apropiaran de parte de la calle, los vecinos habían creado una especie de placita. Plantaron palmeras y hasta colocaron una mesa de ping pong para los chavales. Los narcotraficantes mandaron deshacerlo todo porque tenían una idea mejor.Las autoridades explican que en los últimos años la construcción se convirtió en uno de los principales métodos para lavar y hacer dinero. Las futuras tiendas, que seguro darían empleo a unos vecinos muy necesitados, engrosarían las arcas del narcotráfico a través de los alquileres. Derribar este incipiente centro comercial de la favela fue relativamente fácil, pero en ocasiones hay que hacer virguerías con la ingeniería. Muchas de estas construcciones ilegales están en lo alto de favelas de difícil acceso, donde no llegan coches, mucho menos camiones o excavadoras. Ahí hay que demoler a mano, piso a piso. A veces se tarda semanas.El secretario de Orden Público de Río, Brenno Carnevale, explica por teléfono que las demoliciones golpean donde más duele: “Muchas veces tienen más poder de inhibición que las propias detenciones, porque las personas siempre son sustituibles. Con la demolición conseguimos aniquilar de forma muy contundente la inversión que estos grupos hicieron, interrumpimos el blanqueo de dinero y hacemos menos atractivo este mercado inmobiliario ilegal”, dice.La asfixia financiera del crimen organizado es uno de los objetivos de estos derribos, que también buscan preservar cierto orden en la ciudad y proteger la integridad física de las personas. Normalmente, estos edificios crecen sin proyecto de ingeniería y en áreas de riesgo, como laderas de colinas donde frecuentemente hay desprendimientos de tierra.No obstante, a veces las operaciones no están exentas de polémica, sobre todo cuando se trata de edificios prácticamente finalizados en los que ya hay personas viviendo. Desde el Ayuntamiento afirman que en la mayoría de casos se trata de personas colocadas por el crimen organizado para dificultar los derribos, y aseguran que siempre que eso ocurre los equipos de asistencia social ofrecen alternativas. Pero eso no evita que haya personas que hayan perdido sus ahorros comprando una casa que acaba en ruinas porque resulta que la había impulsado un narcotraficante o un miliciano. “La mayoría son personas inocentes, pero tienen que entender que deben verificar la procedencia de ese inmueble”, defiende el secretario. A veces no es tarea fácil descubrir quién hay detrás, porque suelen usar testaferros. No obstante, los jugosos precios, muy por debajo del valor de mercado, suelen indicar que hay algo turbio.En otros casos, la irregularidad salta a la vista. En lo alto de la favela de Rocinha, la más poblada de Río, un enjambre de decenas de miles de personas, en junio se descubrió un auténtico complejo de lujo: 2.000 metros cuadrados entre varios edificios interconectados con terrazas cubiertas de mármol, piscinas, jacuzzi… La investigación policial concluyó que era el refugio de narcotraficantes del Comando Vermelho (CV) del estado de Ceará, que llevaban meses escondidos en Río. Días antes de la operación, unos 400 huyeron campo a través por la selva. Con el resort del narco” ya vacío, empezó la lenta operación de demolición manual. Todo a base de martillazos. Seguir leyendo  

Las operaciones se realizan por sorpresa. Al amanecer, decenas de funcionarios del ayuntamiento de Río de Janeiro escoltados por la policía se preparan para echar abajo construcciones ilegales. A veces son sencillas casas, otras, verdaderas mansiones, refugio de los capos del narcotráfico. Es un trabajo que se ha intensificado en los últimos años y que se ha convertido en una de las maneras más efectivas de golpear a las finanzas al crimen organizado. Desde 2021, la Secretaría de Orden Público de Río ha realizado 5.568 demoliciones de construcciones irregulares, de las que el 70% estaban en zonas dominadas por el narcotráfico o las milicias paramilitares. Las acciones supusieron 1.800 millones de reales (333 millones de dólares) en pérdidas para los delincuentes.

En una fría mañana de invierno, una decena de operarios se reúne en un punto de encuentro a pocas cuadras de donde se realizará una demolición, en la entrada de una favela en la Ilha do Governador, no muy lejos del aeropuerto internacional de Río. Los funcionarios esperan a que llegue la Policía Militar para dirigirse todos juntos a la zona sensible. El protocolo se sigue a rajatabla porque nunca se sabe qué pueden encontrarse al llegar. No sería la primera vez que les reciben con fusiles.

En esta ocasión se trata de echar abajo las paredes de lo que iban a ser unos establecimientos comerciales, construidos de forma ilegal en la acera de una calle, invadiendo cientos de metros cuadrados de espacio público.

Un carro blindado de la Policía Militar al inicio de la calle ya indica que algo va a pasar. Sin previo aviso, los operarios levantan robustos mazos y empiezan a abrir boquetes en las paredes de ladrillo. Entre los madrugadores vecinos predominan las caras de sorpresa, aunque nadie aparece para impedir la demolición. Todos saben que aquello era ilegal. “Lo ves creciendo, lo ves aumentando, pero no sabes quién es el dueño ni nada”, decía en la acera de frente la responsable de una iglesia evangélica. Muy cerca, otro corrillo murmuraba: “Qué lástima, con lo caro que está el material estos días…”. En cuestión de unas tres horas no quedará ni rastro. Una excavadora terminará de derribarlo todo y recogerá los escombros.

La Policía militar escolta a los trabajadores durante las demoliciones.
La Policía militar escolta a los trabajadores durante las demoliciones.Leonardo Carrato

Es la entrada de las favelas Praia da Rosa y Sapucaia, dominadas por el Terceiro Comando Puro (TCP), una de las facciones del narcotráfico que reinan en buena parte de las barriadas de Río. Ellos son quienes administran la vida vecinal. Uno de los primeros trabajos de los operarios fue arrancar dos bidones anclados en medio de la calle a modo de barricada para evitar la entrada de policías y extraños.

Un residente explica, temeroso, que antes de que se apropiaran de parte de la calle, los vecinos habían creado una especie de placita. Plantaron palmeras y hasta colocaron una mesa de ping pong para los chavales. Los narcotraficantes mandaron deshacerlo todo porque tenían una idea mejor.

Las autoridades explican que en los últimos años la construcción se convirtió en uno de los principales métodos para lavar y hacer dinero. Las futuras tiendas, que seguro darían empleo a unos vecinos muy necesitados, engrosarían las arcas del narcotráfico a través de los alquileres. Derribar este incipiente centro comercial de la favela fue relativamente fácil, pero en ocasiones hay que hacer virguerías con la ingeniería. Muchas de estas construcciones ilegales están en lo alto de favelas de difícil acceso, donde no llegan coches, mucho menos camiones o excavadoras. Ahí hay que demoler a mano, piso a piso. A veces se tarda semanas.

El secretario de Orden Público de Río, Brenno Carnevale, explica por teléfono que las demoliciones golpean donde más duele: “Muchas veces tienen más poder de inhibición que las propias detenciones, porque las personas siempre son sustituibles. Con la demolición conseguimos aniquilar de forma muy contundente la inversión que estos grupos hicieron, interrumpimos el blanqueo de dinero y hacemos menos atractivo este mercado inmobiliario ilegal”, dice.

La asfixia financiera del crimen organizado es uno de los objetivos de estos derribos, que también buscan preservar cierto orden en la ciudad y proteger la integridad física de las personas. Normalmente, estos edificios crecen sin proyecto de ingeniería y en áreas de riesgo, como laderas de colinas donde frecuentemente hay desprendimientos de tierra.

No obstante, a veces las operaciones no están exentas de polémica, sobre todo cuando se trata de edificios prácticamente finalizados en los que ya hay personas viviendo. Desde el Ayuntamiento afirman que en la mayoría de casos se trata de personas colocadas por el crimen organizado para dificultar los derribos, y aseguran que siempre que eso ocurre los equipos de asistencia social ofrecen alternativas.

Secretaría de Orden Pública en la comunidad Ilha do Governador, en la ciudad de Río de Janeiro.
Secretaría de Orden Pública en la comunidad Ilha do Governador, en la ciudad de Río de Janeiro.Leonardo Carrato

Pero eso no evita que haya personas que hayan perdido sus ahorros comprando una casa que acaba en ruinas porque resulta que la había impulsado un narcotraficante o un miliciano. “La mayoría son personas inocentes, pero tienen que entender que deben verificar la procedencia de ese inmueble”, defiende el secretario. A veces no es tarea fácil descubrir quién hay detrás, porque suelen usar testaferros. No obstante, los jugosos precios, muy por debajo del valor de mercado, suelen indicar que hay algo turbio.

En otros casos, la irregularidad salta a la vista. En lo alto de la favela de Rocinha, la más poblada de Río, un enjambre de decenas de miles de personas, en junio se descubrió un auténtico complejo de lujo: 2.000 metros cuadrados entre varios edificios interconectados con terrazas cubiertas de mármol, piscinas, jacuzzi… La investigación policial concluyó que era el refugio de narcotraficantes del Comando Vermelho (CV) del estado de Ceará, que llevaban meses escondidos en Río. Días antes de la operación, unos 400 huyeron campo a través por la selva. Con el resort del narco” ya vacío, empezó la lenta operación de demolición manual. Todo a base de martillazos.

 EL PAÍS

FacebookX TwitterPinterestLinkedInTumblrRedditVKWhatsAppEmail
El INE levanta la mano para participar en la redacción de la reforma electoral de Sheinbaum
Roberto Calderón Soler transforma más de una década de vivencias en poesía
Leer también
Política

Así los ladrones logran sacarle el máximo provecho a los móviles robados

6 de septiembre de 2025 2257
Política

Chile, ante el fantasma del revisionismo

6 de septiembre de 2025 10110
Política

Nunca le robes el móvil a la novia de un hacker: cómo un experto puso al descubierto una red global de ladrones

6 de septiembre de 2025 10880
Política

Videoanálisis | El entendimiento entre Sheinbaum y Rubio

6 de septiembre de 2025 13622
Política

Cambio de hora en Chile 2025: cómo se ajustan los relojes para el horario de verano

6 de septiembre de 2025 9167
Política

Makan celebra cuatro años compartiendo los sabores de Singapur

6 de septiembre de 2025 3315
Cargar más
José Bosch Pompidor sorprende con una novela de intriga empresarial que desvela los secretos del poder

José Bosch Pompidor sorprende con una novela de intriga empresarial que desvela los secretos del poder

19 de febrero de 2025

Estíbaliz Plaza Alonso lanza su primera novela De oro y nata: un relato autobiográfico sobre sanación y redención

26 de septiembre de 2024
L.F. MÉNDEZ FIRMÓ EJEMPLARES DE LOS SÁENZ EN LA GUERRA EN SANT JORDI 2025

L.F. MÉNDEZ FIRMÓ EJEMPLARES DE LOS SÁENZ EN LA GUERRA EN SANT JORDI 2025

25 de abril de 2025
Mireia Moutik Silvestre firma ejemplares de El propósito en Sant Jordi 2025 de la mano de Letrame Editorial

Mireia Moutik Silvestre firma ejemplares de El propósito en Sant Jordi 2025 de la mano de Letrame Editorial

24 de abril de 2025
Hay libros que nacen de la imaginación y otros que surgen de una urgencia vital. Mario, no estás solo pertenece a este segundo grupo

Hay libros que nacen de la imaginación y otros que surgen de una urgencia vital. Mario, no estás solo pertenece a este segundo grupo.

4 de septiembre de 2025

«Domingo, Lunes, Martes y…», una historia de amor absoluto que conmueve a los lectores

13 de septiembre de 2024

Casa Presidencial quita a alcaldías las posibilidades de hacer proyectos

3 de septiembre de 2025
Josef H. S. irrumpe en la fantasía histórica con una épica conmovedora y audaz

Josef H. S. irrumpe en la fantasía histórica con una épica conmovedora y audaz

31 de julio de 2025
Chary Fernández presentó La arena de Tarifa en Sant Jordi 2025 de la mano de Editorial Letrame

Chary Fernández presentó La arena de Tarifa en Sant Jordi 2025 de la mano de Editorial Letrame

25 de abril de 2025

Luis Aguilar Vera lanza su primera novela: ‘Crónica de una suerte anunciada’ de la mano de Letrame Editorial

17 de julio de 2024

    Noticias Cuscatlán

    © 2024, NoticiasCuscatlan. Todos los derechos reservados
    • Aviso Legal
    • Política de Cookies
    • Política de Privacidad